martes, 30 de agosto de 2016

Bitácora de una practicante. Parte I: Educación sexual.






Todos nos hemos cruzado con practicantes adentro de una escuela. Tengo algunos recuerdos de mis épocas de primaria con gente apareciendo de la nada con un cuadernito, mirando raro todo lo que para mí era un habitual escenario de bodrio interminable y asombrándose de vaya a saber qué cuernos. Aparentemente... ¡hay gente a la que le interesaba eso!


Ahora soy una de esos híbridos invasores, cruza singular de profesor, estudiante y ratita extraña que aparece súbitamente en un rincón de la clase a incomodar educadores y hostigar educandos con miradas de soslayo, acobachándose en un rincón y tomando nota.  

Hoy me tocó ir a observar como todos los lunes desde hace más o menos un mes. Hoy la profesora nos envió a hacer "control" de grupos mientras se tomaba lección individual, tarea que consistió esencialmente en interrumpir pequeñas bandadas de adolescentes en esas charlas y distracciones que surgen naturalmente cuando el responsable del curso mira para otro lado por más de 5 minutos y se vuelven conscientes de que por una media horita, cuarenta minutos tope, son libres de todo escrutinio. Mi arma es una fotocopia de libro en la cual se muestran los temas a dar, los incomodísimos fecundación, embarazo y parto... y hay que sacar pecho y salir a molestar gente. Me levanté, tomé coraje y salí a presentarme e intentar hablar, sintiéndome una mezcla de telemárketer a la que saben que van a colgarle el teléfono y de predicadora desesperada que busca iniciar conversación para comunicar las grandes verdades y salvaciones que ofrece conocer un poco más acerca de la Biología. "¿les puedo dar una mano en algo?" pregunté, estúpidamente, y obviamente me dijeron que no, mirándome con cara de "vos quién carajo sos".

Me acobardé, volví a mi banquito derrotada, y me puse a releer la fotocopia para ver en qué podía meter un bocadillo. Seh, no podía ayudarles en nada claramente, porque el texto era una recopilación de terminología específica y detalles cuidadosamente cuantificados, lejanísimos del sentido común y la percepción de realidad de esas situaciones... interesante de revisar, sí, pero complicado. 

Vuelvo a mi ronda, insistiendo otra vez en el grupo y les pregunto si les puedo ayudar con la lección que preparan y un par de oportunistas se prenden y me consultan para raspar datos y poder zafar mejor del oral que los esperaba. Y ahí se puso entretenido y se ponen a contarme qué leyeron, revoleándome dudas. 

Una pibe me dice eruditamente que va a dar como tema profiláctico, contándome que están hechos de látex y modos de colocarlo, creo que intentando incomodarme intencionalmente usando disfemismos. Aprovecho para hablar sobre profilácticos de nitrilo y poliuretano para los alérgicos (bocadillo que aprovechó para tirar en lección) y recupero cierta atención explicando que la palabra "verga" significa rama o palo y técnicamente es válida para hablar de anatomía, aunque por su interpretación peyorativa se prefiere llamarle pene -lo cual tampoco es demasiado académico si nos ponemos a pensarlo, porque significa "cola" en latín- y quizá si quisiéramos ser correctos tendríamos que decir falo, cosa que no alude tanto a apariencias sino a su capacidad de hincharse y permanecer erecto debido a la irrigación sanguínea. Verga es el palo que sostiene las velas de barcos, verja es la reja hecha con varios palos (varias vergas) afirmados entre sí. Nota mental, después de decir verga un par de veces la palabra pierde el aire de tabú y paran de reírse.




Sigo la charla presentando mi caballito de guerra predilecto: hay nombres científicos que fueron dados por gente muy poco original que vió órganos sexuales en la forma de las plantas. Los invito a imaginar las formas de los hongos de especie phallus, la flor del amorphophallus titanum, la enredadera llamada clitoria, y a considerar que es buen recurso que si desconocen una palabra busquen su origen para recordarla. Como reflexión, agradezco haberles dado información e incomodidad suficiente como para que no lleguen a preguntarme qué significa pija, porque no tengo idea... su reflejo  fue preguntarme cómo es que sé todo lo que les dije, y bueno, pues simplemente me gusta la botánica. Me retiro amablemente después de ese comentario, incómoda y sudando nervios, y no puedo evitar reírme al pensar que logré interesarlos -aunque sea momentáneamente- en la taxonomía. Ingenuos. 




El segundo grupo se limita a preguntarme sobre mí. ¿Cómo me llamo? ¿qué hago ahí? ¿porqué me gusta la biología? ¿qué campo de biología me llama la atención? Zafo diciéndoles que para mí la biología es una forma más amplia de conocer el mundo y el propio cuerpo, y que conocer nos da la posibilidad de saber más acerca de los alimentos que consumimos, las medicinas que usamos, las formas en que extraemos recursos (...)  y me cortan preguntándome qué equipo de fútbol me simpatiza, despachándome para seguir jugando a las cartas bajo la mesa. En su defensa, el líder grupal está en ese sector y el pibe es un crack, de esos que absorben contenidos con solo oír hablar al profesor y que siendo consciente de su capacidad, carisma y verborragia se sacrifica heroicamente cada clase interviniendo de manera activa para liberar a la clase del yugo de su educador, aunque no es tan altruista como para negarse a tener su propia corte, por supuesto. Estando al tanto de mi intromisión y reconociendo mi nula autoridad me limito a recomendarles que bajen la voz para evitarse y evitarme llamadas de atención y me llamen si necesitaran una mano. La negociación les parece justa y deciden cooperar. Sigo mi viaje.

Aterrizo en el tercer grupo. El primero fue homogéneo, provocador y defensivo; el segundo simbiótico en su diversidad y orientado a la negociación. Avanzo viendo auriculares, un celular y cabezas gachas. Avanza mi compañera preguntando qué leyeron, la contestación es "todo" y es claro que no van a querer hablarme. Por rutina, pregunto si hay alguna palabra que sea extraña o cosa que pueda aclarar y recibo de sopetón... "Acá dice que una blástula tiene 100 células, ¿eso como lo saben?" y empiezo a amarlos cuando me doy cuenta que caí en el grupito escéptico y que no se van a tragar nada de lo que diga sin fundamento. Les contesto que ningún cuerpo es idéntico, que estudiamos por aproximación y que en promedio al llegar al ciento y algo de células se empieza a juntar líquido en medio y forman una bolsita que se llama blástula... y me revolean los ojos con los nombres.

Les pido que me lo digan con sus palabras y veo que uno me dibuja circulitos, otro gesticula. Veo la brecha para apelar a herramientas visuales: una mórula parece una mora, una blástula es una bolsita... y una gástrula es hueco, una invaginación...un principio de culo. Sí, todos en alguna etapa primitiva de nuestra vida fuimos únicamente un proto-culo. No, no dije culo, pero ellos entendieron que quise decir culo. Culo.



De ahí fuimos a las distintas etapas de desarrollo, hablamos sobre por qué las embarazadas hablan en semanas y necesitamos una calculadora para traducir a meses, miramos un diagrama horrible del corte vertical del cuerpo de una embarazada y de qué cambios les parecía que sucedían ahí. Un impulso púber los llevó a preguntar primero por las mamas y les expliqué que no es lo mismo un pecho femenino con glándulas inactivas y compuesto mayormente de grasa, que uno que se encuentra produciendo y acumulando leche, así que aumentan más o menos al triple... caras de baba prosiguen al comentario. Notan la presión sobre la vejiga, los cambios de la espalda y los músculos y uno se compadece de sus primas. Me preguntan sobre panzas azules, línea nigra, vómitos y ñañas olfativas, de dónde vienen los gemelos, alcoholismo en embarazo (y no me animo a contarles sobre la totalidad de signos comunes en el síndrome de alcoholismo fetal por miedo a que empiecen a inspeccionar surcos nasolabiales). Termino la clase ahí, no sin cierto orgullo de que después de que yo terminara empezaran a preguntar exactamente lo mismo a la docente que se acercó a escrutar la causa de la charla que se armó y recibir una miradita de aprobación por parte del más esquivo. 

Mi bajón del día, es que me asignaron tema. A pesar de que con anatomía me siento comodísima, siento que hubiera estado bueno tener la delicadeza y el tacto de no asignarle a una estudiante de profesorado que claramente busca guía y apoyo para formarse, justamente, el tema de alimentación y específicamente obesidad... estando gorda. Decido ser positiva, tomarlo como un reto y como una oportunidad para charlar sobre alimentos vs nutrientes a detalle explotando el contexto social y alimentación, hablar sobre los riesgos cardíacos, hormonales, musculo-esqueléticos y reproductivos que puede causar... reservándome para el final una buena disertación sobre el hipotiroidismo (en mi caso, congénito) y aprovechar el tema embarazo dado previamente para insistir en el test de talón, porque no soy gorda: es glandular (meeeeeentira, soy consciente de la naturaleza acaparadora de mi cuerpo, de mis contradicciones y de sus peligros... pero me rehúso a privarme del placer de comer). Así que será una oportunidad, y me da la chance de hablar de algo que conozco -literalmente- en carne propia y sacarle el jugo. 

--------------------------------------------------------------------------------------------

Y ese fue el cierre de mi primer fogueo con este curso. Sigo amando el momento en que decidí dedicarme a esto. Si a tiempo alguien lee esto, agradecería infinitamente sugerencias, críticas, opiniones o lo que venga, todavía tengo para un mes en estos lares.

Continuará.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Muy bueno!! Gracias por compartir!!

Unknown dijo...

Muy bueno!! Gracias por compartir!!